He sucumbido y la he visto. Eran muchos los aditamentos para obviarla, para alguien que pasó de adolescente a la edad adulta en los 80 del pasado siglo. Mi memorabilia está indisolublemente asociada a esa década y por ende mi iniciación en el desarrollo de mis patrones socioculturales, por lo que es una serie que irremediablemente atraerá a esa cohorte generacional que se llamó Generación X.
Dicho esto, he de decir que me ha gustado, pero está lejos de ser una gran serie. De hecho, es un inteligente refrito de la cultura pop y audiovisual de aquella década. No pienso hacer ningún spoiler, no es necesario, en su previsibilidad de esta mini temporada de 8 episodios de Netflix, está claro que habrá segunda. La forma de terminar tan abierta de la primera, así lo atestigua. Eso sí, dejando cerrada la línea argumental de la misma.
La serie creada por los Duffer Brothers (Matt & Ross) es un inteligente pastiche, un collage de lugares comunes del cine y la ciencia ficción de los 80; eso sí, con una factura visual acreedora de Expediente X (ya en los 90) y un guión que podría haber firmado el mismísimo Steven Spielberg, pero repasado por Roberto Orci (el toque Fringe está en todas partes).
Lo mejor de la serie es el reparto, y ese descubrimiento llamada Millie Bobby Brown que interpreta a «Once», la adolescente con poderes telequinéticos y la resurrección interpretativa de Winona Ryder (¿o es que estaba autointerpretándose?). Es una serie donde las mujeres tienen el papel dominante y en las que tienen que demostrar su fuerza y valentía una vez tras otra (algo muy característico de los primeros films de Spielberg). Por lo demás, varios espacios comunes que has visto una y otra vez, varias veces, pero eso sí de películas y series de culto, que adoras.
Así que prepárate para revisitar conceptualmente a E.T. El Extraterrestre, Cuenta Conmigo, Poltergeist, Los Goonies (a esta le debe todo el hilo argumental de la aventura de los amigos de Once) y Super 8, así como a la música de la década, especialmente central es el himno de The Clash «Should I Stay or should I Go«, y cierto déjà vu de las películas de John Carpenter, especialmente el tema de la banda sonora de la serie, que podría haber firmado él mismo.
Os propongo que en vez de que siga contando todos los… ¿homenajes? que encontramos, seas tú quienes los descubras y los compartas por aquí, será más divertido y podemos hacer una cadena que sin duda será aún más friki que la propia serie.
No obstante son sólo 7 horas de visionado y merece la pena, porque distraída es, otra cosa es que su originalidad deje mucho que desear porque es el mejor trabajo de patchwork que he visto en una serie en años, y a pesar de ello, funciona. O quizá es que ya soy demasiado viejo.
Espero vuestros comentarios y diatribas…